lunes, 16 de marzo de 2009

"Arrea jacta est"

O César o nada. La famosa divisa de César Borgia se atribuye a los soldados de la legiones de Cayo Julio César. Antes de cruzar el Rubicón y entrar en Italia, dicen que César pidió a sus hombres que lo siguiesen sólo aquellos que quisieran. Se atribuye a los legionarios haber respondido al grito de "aut Caesar aut nihil". Se cuenta que es entonces cuando César espoleó a su yegüa y pronunció la celebérrima frase "arrea jacta est", que como bien es sabido significa "la jaca está arreada".

Vanas discusiones aparte sobre mis conocimientos de latín, uno se pregunta a menudo por los sutiles hechos aletorios que sin apercibirnos de ellos, pueden condicionar nuestras vidas. Es asunto de polémico debate si estos sucesos son producto de la ciega casualidad o bien del menos ciego pero sin duda más terco destino (en cuyo caso, como quedó expuesto más arriba, habría que reconocer que el destino es una gran jaca o yegüa a la que los romanos dieron el nombre de Fatum y derivó en el vocablo "ale Pachecaaá" muy extendido en zonas de alta montaña de la península Ibérica).

Y obviando también el vano debate sobre mis conocimientos de mitología y no nombrando aquí las leyes de Murphy porque no quiero que se me joda el ordenador precisamente ahora, ¿qué hubiera ocurrido si, por ejemplo, Paris se hubiese comido la manzana en vez de entregársela a Afrodita? No habría habido guerra de Troya, no hubiera habido Ilíada... ¿Y sin Homero, cuantos poetas no hubieran dejado de serlo? Bueno, también hay que decir que si el hijo del Rey de Troya se hubiese comido una manzana de oro, podríamos considerarlo sin duda el primer antepasado conocido de Homer Simpson.

Pues sí, buscando en le baúl de la memoria uno se pregunta qué habría sucedido de haber dicho aquella frase que nació y murió en el pensamiento, de haber perdido aquel tren o , quién sabe, haber eligido otro sitio en que sentarse el primer día de clase.
Nada escapa, ni aun los grandes personajes de la Historia. Pensemos en el emperador Carlos V. Tal vez nunca hubiera sido rey de España si su abuela se hubiese cambiado la camisa. En tal caso Fernando el Católico (que no Fernado sin olfato), se hubiera acercado a Isabel, hubieran tenido más hijos y Juana la Loca no habría sido reina.
¿El destino o la casualidad? Tal vez Einstein tuviera razón: no es Dios* quien juega a los dados con el universo, es una yegüa.

*Obviamente, El Queso no tiene manos.
Pd. ¿Se puede hacer queso con leche de yegüa?

lunes, 2 de marzo de 2009

Añoro aquellos tiempos en que los yogures eran simplemente yogures. Parece que hoy hay que hacer un máster para adquirir un sencillo derivado ¿lácteo?. Antes simplemente ibas a la nevera del supermercado y elegías: yogur natural o de sabores. Y de chocolate; echo de menos aquellos yogures de chocolate, ¿por qué ya no los harán? Pero ahora... Que si entero, desnatado, cero por ciento, bífidus activo, anti-colesterol, edulcorado, bífidus desnatado con frutas, yogur entero sin frutas anti-colesterol sabor vete tú a saber qué... Crema del yogur, yogur griego, yogur griego cero por ciento edulcorado con frutas... Creo que ya entiendo por qué proliferan las grandes superficies, para poder contener el lineal de frío. Me pregunto cómo debe de ser el trabajo del gerente de supermercado hoy en día: "sí, ¿ el distribuidor? A ver, necesitamos tres cajas de yogur de soja con firipolen... ¿Qué? ¿Que el firipolen lo llevan los cereales del desayuno, los de las 322 vitaminas? ¿Pero esos no llevaban no sé qué anticaries? ¿Cómo? ¿La comida para perros? ¡Dios mío! ¿Qué le estoy dando a mi madre para desayunar?
Sí, definitivamente, toda una metáfora de la vida. ¿No la entiendes? Bueno , ¿acaso alguien entiende la vida? La vida es ese lugar donde pululan y medran toda clase de seres: madres, políticos, mujeres, hombres, jefes, vecinos que presumen de coche nuevo, marujas, vendedores ambulantes, mormones, testigos de Jehová y demás parafernalia... Pijos repeinados de rancia gomina y de abolengo rancio, jóvenes escandalosos de fin de semana y viejos que se cuelan en las colas... Me olvido algo. Sí, estoy seguro. Ya sabes, esa persistente sensación de incomodidad que invade a uno cuando va a salir de casa y ( especialmente cuando hay prisa) sabe que se olvida algo, pero es incapaz de recordar el qué. Repasemos la lista... He incluido relaciones personales, sociales, religiosas (sí, ya se sabe, a quien Dios no da hijos, el Diablo le da sobrinos)... A sí, claro. Me olvidaba las personas. Por cierto, en español , el objeto directo de persona o cosa personificada lleva la preposición a. No sé que opina la R.A.E. sobre el objeto de persona cosificada, pero por analogía he decidido no usar la preposición.
¡Bah! Seguro que me gano alguna crítica con esto. Un poco de cinismo nunca viene mal. Además, la mayor virtud del cinismo es su sinceridad. Para ser un auténtico cínico hay que conocer aquello de lo que se habla para poder decir lo contrario. La ignorancia se conforma con hablar de algo sin preocuparse por lo que dice. Sea cierto o no tampoco lo sabe...