miércoles, 20 de febrero de 2013

Detector de Gilipolleces



El futuro es el pasado, el presente
ya no existe y ... ¿yo soy mi padre?
¡AHHHH!
¿Se han parado a pensar alguna vez que ya estamos en el futuro? ¡2013! Bueno, sólo quedan unos años para que las máquinas se rebelen y envíen a Schwachi (pronúnciese "chuachi" o si les resulta más fácil, "goberneitor") en forma de T-800 para liquidar a Sarah Connor. Kurt Russel hace años que pateó culos y rescató al presi en Nueva York y este mismo año se dispona partir caras en Los Ángeles. Y eso sin contar que el Gran Hermano nos vigila desde hace veintinueve años ya.

Así que demostrado que vivimos en el futuro (y que conste que la deconstrucción del presente me suena a plato de cocina posmoderna, o sea, pijo, escaso y caro); y dado que en el fondo el único motivo por el cual queríamos ver el futuro era por todo ese montón de juguetes tecnológicos ultramodernos (sí, quien no ha querido un monopatín volador como el de Regreso al futuro) debo decir que me siento estafado y engañado. ¡Dónde está mi jet-pack? Pistolas de rayos, monopatines flotantes... Eso es lo que deberíamos fabricar en este país para salir de la crisis. Pero seguimos estancados en la industria del sobre...

Pero no todo está perdido. No es tan molón, vale, pero es mucho más útil. Y además se puede vender como churros en la teletienda. Me estoy refiriendo al único, inimitable e incomparable... ¡detector de gilipolleces! Quiero hacer un llamamiento a todos los ingenieros de este país, más aún, del mundo entero, para que dejen sus inútiles proyectos para salvar vidas o mejorar la eficiencia energética y dediquen todos sus esfuerzos a desarrollar el detector de gilipolleces(c). Porque sí, vale, de qué sirve salvar la vida gracias al airbag o los frenos ABS si es para tener que aguantar a testigos de jehová, vendedores de enciclopedias, mítines políticos, suegras y amigos que vienen a darte el sablazo. ¡Así no merece la pena vivir!
9 de cada 10 dentis...¡PiPiPiPi!
Salvado por el detector de gilipolleces(c)
Imaginen que caminan tranquilamente por una céntrica y concurrida calle cuando, repentinamente, una blanca y brillante dentadura con un señor incorporado se aproxima a ustedes. "¡Horror!", estarán pensando. "He ido a pasar justo al lado de un anuncio de Colgate". Pero antes de que se den cuenta de que no tienen otra escapatoria que volver a escuchar aquello de "9 de cada 10 dentistas recomiendan cepillarse los dientes"... ¡Su detector de gilipolleces(c) comenzará a sonar! Pi, Pi, Pi... Señalando inequívocamente a la blanca y brillante dentadura con señor incorporado quien (o que, o lo que sea) se sentirá inmediatamente avergonzado y señalado en público, produciendo una reacción institiva de huída que le librará a ud, afortunado poseedor de un detector de gilipolleces(c) de pasar un mal trago.

¡Sí! No podrás vivir sin él. De hecho, ya empiezas a ser consciente de que tu vida es un puto infierno que no merece la pena. Detector de gilipolleces(c) o suicidio. Tú eliges. Ahora firma esta petición para retirar todo los fondos de la investigación bio-médica mundial y destinarlos al desarrollo y producción del detector de gilipolloces(c). Porque la vida si él no merece la pena.


                        ¡IMPORTANTE! ¡PRECAUCIÓN!
No utilizar JAMÁS junto a una televisión encendida. Podría explotar.




jueves, 7 de febrero de 2013

Mitología contemporánea

El rapto de Europa, Tiziano
En estos tiempos amorales y de ateísmo recalcitrante se hace cada vez más imprescindible la guía moral que sólo la auténtica y verdadera religión puede ofrecer. ¿El budismo? No, hombre. ¡La verdadera religión de los dioses del Olimpo! Sí, aquellos seres orgullosos y vengativos  que se traicionaban, ponían los cuernos y usaban a los humanos como marionetas de sus juegos, guerras y rencillas. ¡Oh, mortales! ¡Acercáos al oráculo para que Apolo os convierta en gavilán! ¡Cómo! ¿No se creen que la de los antiguos griegos sea la única religión verdadera? A los hechos me remito. La constante presencia de los dioses entre nosotros, pobres mortales, debería ser prueba suficiente, ¿no? Y no, no me refiero a las antiguas historias de la edad de los héroes, cuando Zeus convertido en toro bajaba a la tierra para raptar a la bella Europa. ¡Eso sigue ocurriendo! Sí, estimado/a lector/a. Pero ojeemos un momento el pasado para entender el presente. Decíamos que el poderoso Zeus se disfrazó de toro para raptar a Europa. Si tenemos en cuenta que el tamaño del miembro de un toro puede medir en torno a un metro (!) entenderemos como lo tuvo que pasar la bella fenicia (¡Ouch!). Ahora pensemos, ¿quién tiene aspecto de bóvido mal follado y se dedica a dar por culo a Europa? ¡Bingo! Zeus se ha encarnado en Frau Merkel para joder a Europa otra vez.

¿Creían que la Unión Europea funcionaba así?
 
Pues se equivocaban. Así es como funciona de verdad este cotarro:
 

 
 
 
Y ya sabemos de donde sacó Rajoy la idea de aplicarnos el fist-fucking a todos. ¿Ven? Todo tiene una explicación. Ahora habrá que ver si tiene una solución...