lunes, 13 de octubre de 2014

Twitter, ébola, epilepsia y otras ministras del montón.

♫Ebolando voy, ebolando vengo♫
♫Por el camino, voy repartiendo...♫

Repartiendo sobres, se entiende. Dada mi propensión al humor negro tirando a infrarrojo y a mi conocida misantropía crónica, debo reconocer que le he encontrado un punto hilarante al absoluto esperpento en que se va convirtiendo este país. Y lo digo así, en presente continuo, porque esto parece haberse convertido ya en una ley de la naturaleza. España es el único cuerpo del universo capaz de caer hacia abajo en medio del vacío cósmico, ahí donde no hay ni gravedad ni dirección ni arriba y abajo. Afortunadamente, para mitigar nuestro dolor por la terrible existencia en la que vivimos, tenemos Twitter. En serio, antes de que se inventase esto de internet (si es que internet no existe desde siempre como Jordi Hurtado), ¿dónde estaba acumulada toda esa creatividad en forma de sarcasmo y humor negro? ¿Se perdía en el eco de los bares como lágrimas en la lluvia una vez que la última cerveza hubiese evaporado de nuestra mente el recuerdo de aquella frase ingeniosa? (nótese que frase es un arcaísmo para "tuit") ¿Acaso eran los bares el internet del pasado? ¿Es internet el bar del futuro? ¿A qué huelen las nubes? ¿Por qué la ropa deportiva hoy en día es tan espantosamente fosforita? No, en serio, ¿por qué? ¿Es que los epilépticos no pueden ser runners? (Por cierto, ¿alguien se imagina a un inglés vistiéndose como un cono de tráfico fluorescente y diciendo I'm corredor? En Magaluf no cuenta). Pero volviendo a donde estábamos, yo afirmo que internet ha existido siempre, todos nuestros recuerdos anteriores al ADSL son un delirio producido por el síndrome de abstinencia de la red. Voy a tomarme mi medicación, ahora vuelvo.
Los epilépticos no pueden ser
runners (ni mirar esta imagen)


Bien, volviendo a la realidad (iba a decir "poniéndonos serios", pero... serio-realidad-Españistán = no computa) confieso que tenía toda la intención de escribir algo sobre como están las cosas estos días, pero es que la (su)realidad en que vivimos ha superado ya el grado de esperpento del más disparatado de mis post. Estoy convencido de que si Max Estrella y don Latino conformasen el gobierno, el espejo de la sociedad que son los políticos estaría menos deformado. Yo pensaba que ver al presidente del gobierno respondiendo en rueda de prensa "la segunda [pregunta], ya tal..." era insuperable, pero ¡no! Va la ¿ministra? de ¿sanidad? y suelta ante los periodistas que ella se entera del estado de la enferma de ébola "por los medios". De verdad, pido la ayuda de algún abogado para demandar a este gobierno por competencia desleal. Así no se puede hacer humor absurdo, me he convertido en el típico escritor realista. Una especie de Galdós mi tiempo.

¡Vaya mierda de tiempos, estos!

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